lunes, 5 de agosto de 2013

Al filo de la madrugada

Al filo de la madrugada
podías ver los jinetes lentos
rompiendo el amanecer.

Llenaban de bruma
Los difusos senderos del horizonte,
Besando crepúsculos de aurora
Con sabor a polvo y rocío.

Las zancadas devoraban el día,
Mientras el valle aletargado
Florecía de sombras y sigilo
confundido entre el azar y el destino.

Sus caballos infatigables
Corrían contra la mañana,
Extasiados por el insomnio
En busca del anochecer.

Herraduras forjadas de ocaso
Y crines perfumadas de atardecer
Trotaban y bailaban fugaces
Como el rayo al desaparecer.