viernes, 17 de diciembre de 2010

Idas y venidas


¿Voy o vengo?

Podria ser una pregunta trampa...porque no...

Idas y venidas, altos y bajos, esa es la cuestión, ese es el ritmo que nos impone la vida.

Cogemos diferentes tickets a lo largo del dia; unos de ida, otros de vuelta.En más de una ocasión compramos billetes sin retorno, sin percatarnos de ello; en otras, en cambio, deseamos no volver, pero siempre acabamos en la misma estación de partida.

Siempre he tenido la sensación de que la vida es como una autopista vacia de almas en hora punta y,a la vez, un callejon sombrío repleto de sueños que esperan bajo sumideros rebosantes de deshechos.

Conducimos por las carreteras de la vida, guiándonos por las luces, esperando que nos lleven a un paraiso verdadero, al oasis del bienestar, donde todo se consigue sin sufrimientos. Pero no nos paramoos a pensar que muchos de estos destellos acaban cegándonos y provocando una colisión múltiple con daños irreversibles.

Quizá, cuanto más oscura sea la senda, más radiante será el destino. No debe caber duda de que una serie de pinchazos y percances de los que aprender a lo largo del trayecto, serán lo que haga mucho más reconfortante la llegada.

Carreteras largas y solitarias, noches frías y oscuras. Castigo,penitencia y recompensa. De eso se trata.

lunes, 16 de agosto de 2010


Anoche me desvelé ardiendo, empapado por un sudor ajeno con un aroma sospechosamente familiar pero desconocido realmente, miré al otro lado de la cama pero de nuevo solo me acompañaba un extraño vacío y unas arrugas amenazantes en las sabanas que me indicaron que de cierta manera no había pasado solo mis escasas e inquietas horas de sueño.
Nunca suelo recordar mis sueños, de ellos solo queda una frecuente sensación de cansancio y de zozobra que solo consigo ahuyentar con sorbos de un café amargo que indigestaría al mismísimo Satanás. Pero en esta ocasión no he conseguido ser presa de mi provechoso alzheimer matutino, de manera que durante todo el día no he podido dejar de reproducir escena por escena mi sueño, recordando perfectamente el motivo del mismo, la figura de una eterna desconocida que se adueñaba de mi colchón, mis fantasías y proyectos. Dotada con una voz articulada por el eco de antiguas pasiones, cabellos despeinados por las llamas del incendio creado en mi mente y un suave cutis de brasas que provoca quemaduras de tercer grado en la piel de mi irracional entendimiento.
Puede que el hecho de no recordar mis sueños sea un mero mecanismo de autodefensa que me mantiene alejado de los fantasmas pasados , y probablemente de los problemas venideros, que se esconden en algún remoto e inactivo recoveco de mi joven pero reseca sesera. Por eso cada vez que suena el despertador, me prometo no ser consciente de nada de lo que sucede en mi cabeza mientras duermo y ensuciar mi estómago con el peor café de la estantería del supermercado para tener entretenida la memoria de mis anhelos nocturnos y mantener la cordura que aún conservo.

martes, 10 de agosto de 2010


No se bien la razón pero últimamente el escribir se ha convertido en una especie de reto para mí, asimilable en cierta medida al sexo, nunca sé si estaré a la altura de las circunstancias, cada vez que me siento frente al ordenador y paseo mis manos sobre el teclado me siento como un chico de 15 años enfrentándose a la sexualidad por primera vez con los pantalones bajados hasta los tobillos y la voz entrecortada por los agridulces nervios que provoca una situación tan esperada.
Siempre hacía caso omiso cuando escuchaba comentarios sobre el miedo al papel en blanco, era algo que no tenía cabida en una mente fértil como la mía , pero con la llegada del verano mi imaginación y mi valor ante el escritorio y la hoja vacía se han convertido en un terreno árido digno del mejor escenario de cine del oeste. Reconozco que he tenido ciertos gatillazos de creatividad, ciertos momentos cumbres que han flaqueado al encontrarse con el papel y de los cuales me he tenido que disculpar, no solo ante mi mismo sino que ante mi pc también, con las más típicas pero en ocasiones útiles escusas, como por ejemplo: esto es la primera que me pasa, no se como ha podido suceder o hoy me duele la cabeza, la semana que viene mejor.
Para poder darme algo de tiempo y así poder hacer una terapía con tintes autodestructivos de la que hoy intento recoger los frutos aunque ,siendo sincero, siento que todavía están un poco verdes debido a este desasosiego que se adueña de mis dedos cada vez que golpean una tecla.
Hoy una gran cantidad de sensaciones vuelven a aflorar al sentarme frente a mi mesa, como antes he dicho es como una primera vez o mejor dicho como una primera vez después de mucho tiempo como un cocainómano rehabilitado ante una raya después de dos años sabiendo que volverá a caer en la tentación en cuanto menos lo espere, pero al contrario que este caso yo espero volver a engancharme al sano vicio duro de la escritura que tantos momentos de cavilación me aporta en noches caseras como esta.

viernes, 16 de julio de 2010


Disculpad mi retraso pero estoy sumergido en una especie de vórtice del que no quiero encontrar la salida, tal vez sea la vuelta a la rutina o puede ser que mi debilidad y mi simpatía por la flaqueza sean las culpables de mis largas e injustificadas ausencias.
En un torpe e insatisfactorio intento por recuperar mis cabales y mis ganas de expresar mis agridulces dolores de cabeza he decidido recurrir a la vieja estrategia del exilio lejos de la ciudad, pero debo reconocer que mi evasión no había obtenido los frutos esperados hasta hoy mismo, justo en el momento en el que me he sentido de nuevo como un extraño perdido en un pueblo donde las chicas tienen un cierto parecido como si todas provinieran del mismo padre , el mítico lugar donde se levanta más de una mirada de desaprobación con el paso de una figura extraña y poco común para los oriundos del lugar. Hoy he vuelto a sentirme como una vistosa alma sin rumbo, una idea fugaz y errante por un paseo marítimo lleno de estampas familiares y de fingido bienestar, de parejas arregladas para ir a pasear una irritante y frágil felicidad ante todo aquel que no pueda resistir volver su mirada para contemplar esa bonita estampa digna de un anuncio contra la disfunción eréctil en la pareja.
Creo que me he convertido en un adepto de la soledad, en un amante del lado vació de mi cama, en un romántico de la inestabilidad sentimental, tal vez las idas y venidas de mi mala calma pasajera son los que provocan mis achaques de creatividad y mis intentos por encontrar respuestas escondidas en malos tragos que de vez en cuando nos ofrece la vida ya que en más de una ocasión he podido llegar a la conclusión de que las malas experiencias y los errores son los que acaban forjando la enseñanza más útil, la que nos muestra el paso que debemos marcar para llegar al final del paseo en el que nos encontramos a nosotros mismos.

lunes, 28 de junio de 2010

Calma

He estado buscándote durante innumerables noches, he vagado de un rincón a otro de mi casa intentando ver tu sombra escondida debajo de mi cama, pero cuanto más me obceco en mi búsqueda termino siempre agotado y empapado por el sudor frío que deja tu ausencia en mi espalda.
Sé que en el momento más insospechado vendrás y te llevarás esta expresión idiota que reina en mi cara cuando hace tiempo que no vienes a verme. Sé que llegarás un día cualquiera sin llamar a la puerta y te quedarás una temporada a mi lado y la costumbre será la mala compañera de viaje que facilite tu huida.
Pero lo cierto es que conozco la jugada y he aprendido la lección como para saber que te marcharás sin dejar rastro durante un tiempo, mientras que yo no podré quedarme en mi cama desecha de buenas intenciones y saldré en tu busca, sabiendo de antemano que aparecerás cuando empiece a darlo todo por perdido, cuando haya invertido todo mi empeño y paciencia en salir a llenar tu vació con cualquier pretexto que me evada de tu nostalgia, de cualquier gesto cargado de complicidad que aleje mi mente de ti aunque tan solo sea por un par de horas.

lunes, 21 de junio de 2010

Escalera hacia.....



Desde hace tiempo todo se ha convertido en una escalera que no se hacia donde lleva, por más que busco no encuentro el final y todo se torna más oscuro a medida que intento subir sus peldaños.
El tiempo me ha enseñado a navegar a la contra, a avanzar a mi ritmo por calles y locales, a danzar solo mi perpetuo último vals. En más de una ocasión he pensado en desistir, en permanecer en el escalón más cómodo, a salvo del cansancio y los inconvenientes que conlleva dar pasos sin poder observar lo que hay delante, sin arriesgar un solo tropezón que hiera mi empeño. Pero no contento con esto, siempre he decidido ir más allá, tal vez se trate de un afán autodestructivo pero cuando la calma hace acto de presencia en mi vida, me encargo yo mismo de empujarla hacia el final de mi escalera, buscando nuevos quebraderos de cabeza y perder el sentido de la marcha, sin saber si subir o bajar pero siempre con la convicción de que mi ritmo es el adecuado, me lleve donde me lleve, sin pensar si me acercaré a un jardín lleno de alegrías o a un campo embarrado repleto de desconsuelo.
Como se suele decir, en más de una ocasión me ha tocado bailar con la más fea, pero tal vez me he acostumbrado a ello porque de las situaciones más desagradables y de las escaleras más oscuras, son de las que al final podemos sacar conclusiones, aprender de ellas y decantarnos por unos caminos u otros. Por mi parte seguiré subiendo por escalones enigmáticos en busca de nuevas experiencias que me lleven al lejano y oscuro final de mi escalera.
Esto no es mio...pero puede servir:
-El mar es inmenso, nosotros pequeños, pero a lo mejor el mar se siente más pequeño que nosotros porque no sabe pensar.

jueves, 17 de junio de 2010


He perdido la cuenta de los minutos que han pasado, de los malos momentos que me han visitado, de los interminables inviernos que pasan factura a mi integridad.
No puedo calcular los cigarros que he invertido entretanto, los días y las horas han volado como aves migratorias, sin mirar hacia abajo mientras sigo en mi playa observando como pasan de largo estación tras estación.
Ahora ha llegado el calor y con el todo se ve desde una perspectiva más optimista, el tiempo no se escurre entre mis manos mojadas sino que se queda en ellas aguardando el momento perfecto para marchar al paso establecido por una chica ataviada de sol y verano que sin devolverme la mirada me arroja al otoño de mis sentidos, a arrancar las hojas de mi almanaque hasta el día en que nuevas aves y chicas traigan el buen tiempo a mi playa.

miércoles, 16 de junio de 2010





Esta es una de esas noches en las que siento que algo falla, es una sensación extraña, una mezcla de desasosiego y de un apetito anímico indefinido que solo puedo engañar con alguna que otra película que me mantiene entretenido mientras permanezco sentado en mi incómoda silla de inconformismo fallido.
Pero al terminar el filme, mi intento de evasión no ha causado efecto, sino que todo lo contrario, me ha postrado en mi asiento esperando a que lleguen mis días de vino y de rosas, de anhelados excesos e insomnio, de noches de trasiego de copas y cristales rotos, de juegos de azar a pie de barra, de sueños en baños minúsculos y de angustiosos despertares acompañados de migraña, café y aspirinas.
Hoy mi mente no ve más que un Jack Lemmon sin escarmentar, el enemigo del lechero, que apura sorbo a sorbo su vida hasta llegar al fondo de un vaso que nunca acaba y que se encuentra devorado por sus íntimos enemigos, su personalidad y el alcohol, al final de cada borrachera.
Esta noche no podría ser lo contrario, tal vez mañana la claridad del día rehabilite mi ansiedad pero seguro que al llegar la oscuridad volverá a aflorar la necesidad de salir a buscar alguna jarra de irracionalidad y situaciones extrañas que den aliciente a mi espera.

viernes, 11 de junio de 2010

Hoy no voy a mentir...

Hoy no voy a mentir... me puedo sincerar. Llevo unos días sin que nada ocurrente venga a visitarme, ninguna paranoia creativa me viene a la cabeza, hoy simplemente estoy aquí por el mero gusto de escribir, sin pensar en lo que mi teclado mental me induce a pensar y a relatar.
Puedo confesarlo, igual he bebido un poco más de lo normal, no voy a negar que con un trago más de la cuenta me siento más inspirado. Hoy puedo entender muchas cosas, han venido a mí como un torbellino después de una cena ahogada con vino y gaseosa, carajillo, copas y alguna que otra cerveza de preparación anterior, hoy tal vez sea más sincero de lo normal.
Mi mente vuela sobre imágenes, sobre recuerdos, sobre canciones y películas pasadas de moda pero no puedo remediarlo, he llegado a comprenderlo, a sacar conclusiones sobre mí mismo y mis preocupaciones e intereses. Tengo la suerte o la desgracia de considerarme un bicho raro marcado por la evolución de la situación emocional en la que me encuentro, podría sentirme como el espécimen de escarabajo kafkiano que nadie espera a encontrarse en su habitación, como una imagen estrambótica en el corredor a la media noche, pero no puedo remediarlo, así soy yo, todo un cúmulo de defectos y pocas virtudes, un bicho raro que trata de encontrarse a sí mismo a través de diferentes vivencias, cavando mi propia tumba antes de morir para llegar a comprender de que manera he enterrado a mi ser antes de tiempo y poder llegar a la conclusión de cual es la manera de la que podría evolucionar para poder encontrar el lejano camino que me lleve hasta mí mismo, como alguien diría : soy todo lo que me pasa. Pero no solo soy lo que me pasa, sino que también soy todo lo que pasa por mi mente, un cúmulo de indecisiones y preocupaciones que cohíben mi propia voluntad.

martes, 8 de junio de 2010



Hoy mi día ha pasado al compás de un viejo blues desafinado que iba marchitando mi animo con cada golpe de ritmo.
Como de costumbre mi jornada ha amanecido soleada, sin ningún tipo de nube que atormentara mi pronóstico, reservado a disfrutar de un sol que tuesta mi piel entre sorbos de café y las páginas de un libro interminable que a medida que voy avanzado va oscureciendo mis perspectivas al igual que mi día. Pero al pasar el ecuador, todo se ha tornado más oscuro, han aparecido nubes que encerraban el sol en una jaula gris que limitaba su luz y optimismo, mientras que por mi parte, me he dedicado a ordenar las telarañas que decoran mi habitación, removiendo los recuerdos con el polvo hasta no quedar nada en el sitio correspondiente, y embrutecer mi mente mientras continuaba poniendo alguna canción como banda sonora de esta escena de cine mudo tan cotidiana de limpieza y de redención frustrada.
Así van pasando los días, entre cielos e infiernos, entre ilusión y angustia, a la espera de alguna señal que aporte el aliciente suficiente a mis dormidas ambiciones que siguen buscando la manera de salir a flote... Así sigo al ritmo de un viejo blues desafinado que marca el ritmo de mis altibajos , de mis claros y mis nubes.

jueves, 3 de junio de 2010

Luces y Sombras




Será porque nuestro mundo se mueve entre luces y sombras en una batalla continua de días y de noches, una lucha del bien y el mal, de estabilidad y desequilibrio que hace que otorguemos un rol a la luz y a la oscuridad.
Siempre he andado buscando la claridad en mi vida, un destello que ilumine todo cuanto tengo a mi alrededor y me haga ver la realidad, como cuando era pequeño y despertaba de un sueño agitado buscando una lamparita que me salvara de los monstruos que habitaban entre las cortinas o escondidos entre la ropa de mi armario esperando el momento oportuno para saltar sobre mí en un momento de descuido y llevarme con ellos a un inframundo repleto de fuego y de demonios armados con tridentes y pantalones de cuero negro que se movían al ritmo de Black Sabbath...si, mi imanación siempre fue por esos derroteros... Podría decir que he utilizado la luz como un fármaco, una especie de antibiótico que mata la infección provocada por las tinieblas, por aquello que no puedo ver y provoca miles de temores infundados. Pero el problema vino cuando abusé de mis falsas recetas, de mi automedicación a bases de bombillas de sesenta vatios y de televisores en marcha toda la noche sin fijarme en los efectos secundarios que marcaba el prospecto de la realidad, quedándome totalmente indefenso ante cualquier atisbo de oscuridad que me acechara en cualquier rincón y sintiéndome de nuevo como el niño asustadizo que era pero con más pelo y algun que otro problema en la cartera.
Con suerte he comprendido que no es oro todo lo que reluce, que en ocasiones es mejor estar a oscuras a que se nos muestre una verdad a medias con luces artificiales, que nos marquen una via sin salida a seguir y acabar estrellados. He empezado clases de baile para aprender a danzar con sombras que deforman la realidad y comprender el momento en que termina la canción y volver cada uno a su lugar. Pero no negaré que con el tiempo prefiero decantarme, como lo hizo Sinatra, por ser un extraño en la noche y besar en la boca a la oscuridad mientras la luz espera mi llegada a casa para intentar contagiarme su miedo ante un posible apagón.

miércoles, 2 de junio de 2010

Hasta el final



Hay canciones que llegan por casualidad a nuestras vidas, marcadas tal vez por una situación emocional o un momento de cambio que hace que nos acompañen durante un tiempo o tal vez hasta el final, como canta Coque Malla.
No puedo evitarlo, soy una de esas personas que hacen suyas las canciones cuando se identifica con ellas y esta es la mejor muestra de ello, desde el primer hasta el último verso.Puede ser que últimamente este más tierno de lo habitual, puede ser que haya tenido que aprender a decir adiós, a marcar un punto y final en ciertos aspectos de mi vida. El adiós es un acto muy duro, no obstante siempre lo he considerado como un primer paso, difícil de dar pero una vez se está decidido a emprenderlo, no hay que mirar atrás, ni seguir obcecados con el muro que ciega nuestra voluntad y continuar buscando el aire fresco de alguna ventana que nos enseñe que hay algo más fuera de estas cuatro paredes. Cuando cerramos una puerta se abren cuatrocientas nuevas tras ella, solo hay que seguir el camino y poco a poco las iremos encontrando, algunas nos llevaran a cuartos oscuros y tal vez a algún que otro problema, otras nos esperaran con las mejores experiencias que podamos imaginar, pero no hay que caer en la desesperación y ser paciente con las nuevas situaciones que se presenten.
Debo reconocer que he durante una larga temporada he permanecido encerrado en mi refugio particular, sentado en la cocina de mi vida viendo como pasaban platos de toda clase y ante la falta de apetito he ido consumiéndome a fuego lento hasta que mi poca razón ha ido hirviendo hasta quemar el cazo de mi cabeza, necesitando urgentemente algo que me refrescará antes de sufrir quemaduras de tercer grado que no tuvieran una cura fácil.
Decidí poner fin a ello, saliendo a buscar mis propias respuestas,disfrutando del nuevo aire que me despeinaba, apurando al máximo cada cigarro, perdiéndome en lugares que nunca antes hubiera pisado y dejándome llevar reprimiendo lo mínimo mis ganas de aprender de cualquier cosa de la que pueda sacar provecho sin tener en cuenta si está bien o esta mal si me hace llegar al final, a mí mismo, pero espero que ese final esté escondido en un lugar remoto e inaccesible para poder disfrutar y padecer de mi particular búsqueda.

lunes, 31 de mayo de 2010

Paseos anónimos




Después de cierto tiempo, hoy he sentido de nuevo la necesidad de salir a pasear mis preocupaciones por las calles de mi ciudad a ritmo de lentos pasos que no me han llevado a un destino concreto, tan solo al reencuentro de mi aliado en calurosas tardes sin rumbo, el anonimato.
He estado deambulado durante horas con algunas canciones en mi mente, intentando poner en orden ciertos asuntos que me han llevado a buscar un poco de esparcimiento fuera de las claustrofóbicas paredes que delimitan mi habitación. Utilizo los paseos como terapia al protagonismo propio, ya que consigo relacionarme sin establecer contacto con los más diversos tipos de gente que llenan las calles en hora punta como el escuálido y despreocupado malabarista que se esfuerza por llamar la atención de tres señoras entradas en años y maquillaje que sin ningún tapujo hablan del diseño que han escogido para sus respectivas lápidas, dando sugerencias la una a la otra sobre si quedaba mejor una cruz o una Virgen de los Desamparados. O bien la solidaria y atractiva chica entregada a captar a algún futuro cooperante, interesado más por su físico que por la causa, obteniendo la negativa al indicarle que debe abonar una cuota de 30 euros al mes para mantener alguna escuela en el tercer mundo o en un barrio de la periferia ; mientras tanto por la otra parte de la acera pasa ,intentando evitar a la chica, el prototipo de hombre o robot que termina su jornada laboral, con alguna angustia más que cuando se había levantado, aflojándose el nudo de una corbata que ejerce de soga durante nueve horas diarias de ordenador y papeleo que colman como gotas de agua el vaso de su paciencia llevándole a replantear su vida durante al menos siete minutos al día.
Después de un largo rato de camino decido descansar unos minutos y fumar un cigarrillo para asimilar todas las escenas que he ido encontrando a lo largo de la tarde, me he sentado un banco situado frente a un bar chino con una terraza repleta de gente ahogando el día en botellines de coca-cola y cervezas, no llevaba más de cinco minutos saboreando mi humeante alivio para la digestión cuando un tipo con muy malas pulgas y peor aspecto ha venido a espantar mi anonimato para pedirme un pitillo, pero no se ha conformado y ha terminado exigiendo cordialmente mi cartera, de modo que me he negado amablemente y le he dejado en el banco mientras que de manera muy efusiva se iba acordando de todos los miembros de mi familia.
Al volver a casa, he dejado a mi "yo" anónimo en el banco, junto a mi nuevo amigo y he recuperado mi identidad nada más cruzar el umbral de la puerta de entrada convirtiéndome de nuevo en el personaje principal, recordando los momentos en que tan solo podía prestar atención a los desconocidos que buscaban el papel de protagonista en mi propio relato.

jueves, 27 de mayo de 2010

Lluvia en la memoria



Sigue cayendo la lluvia fuera de mi ventana, no puedo ver la calle con claridad, tan solo gotas de recuerdos que van derramándose por los cristales de mi memoria dejando marcado un camino del que intento sacar alguna conclusión. Esta es una de esas tardes en las que es mejor quedarse a cubierto, hacer balance e intentar no acabar más empapado de lo que se está en realidad.
Cuando llueve tengo la sensación de que algo empieza y algo acaba. Desde pequeño en los días de lluvia me he sentido como una acera seca y sucia que necesita agua nueva para ofrecer una mejor y refrescada imagen , agua que depure el alcantarillado de mi razón y se lleve el polvo que ha dejado alguna que otra sequía de inestabilidad que ha ido secando el cemento de mi poca e inexperta conciencia.
Sigo de pie frente a la ventana, siguiendo la carrera de recuerdos que atraviesan mi cristal, intentando ver cual de ellos es el ganador, hay alguno más grande que otro, varios casi imperceptibles pero que ya han dejado su mancha, alguno rápido pero intenso, otros que son más grandes y tardan más en caer dejando un surco considerable, pero al fin y al cabo todos acaban por derramarse y cuando llega el sol y el buen tiempo acaban por secarse quedando su marca bien notable en este vidrio que es mi mente, que no suelo limpiar con mucha asiduidad, al menos hasta que llegue otro torrencial que purifique mi cabeza, si no provoca una inundación en el intento.

martes, 25 de mayo de 2010

Encuentro nocturno



Desde hace tiempo siento que por las noches algo se adueña de mí, algo que me mantiene en vilo durante largas e incómodas horas bañadas por la penumbra y el ruido lejano de algún coche ,que rompe la nerviosa calma que produce el silencio, cuando el insomnio viene a acariciarme con sus suaves manos de nerviosismo y desesperación.
Desconozco cual es el motivo de sus visitas, en cuanto lo siento cerca intento comprender sus razones, sometiéndome a una especie de interrogatorio inconsciente, que me adentra en el rincón más oscuro e inalcanzable de mis miedos y preocupaciones. Es entonces cuando mi cabeza empieza a funcionar a una velocidad que sobrepasa los límites establecidos en el código de circulación de mi mente. Los recuerdos y perturbaciones pasan como relámpagos por el cielo de mi serenidad, pero, antes de que alcancen el suelo en un estallido de enajenación transitorio, opto por distraer mi mente utilizando diversas técnicas evasivas como la televisión o la lectura pero ninguna cumple su cometido y vuelvo a sumergirme en la oscuridad de mi cuarto buscando nuevas posturas tranquilizadoras, cerrando los ojos con fuerza para intentar cazar el sueño y participando en un maratón de vueltas entre las sabanas que solo consiguen deshacer mi cama y aumentar mi incomodidad.
Después de unas cuantas horas de tensas disputas, de revolcarnos por las sabanas como dos cuerpos extraños, de intentar echarlo de mi cama como a una pretendiente de solo media noche y después de que el cansancio disuada sus vehementes ataques, consigo echar al insomnio fuera de mi habitación ordenándole que deje la puerta abierta al sueño para que me arrope y me acompañe las pocas horas que faltan para que el despertador me indique que las tinieblas han pasado y que llega un nuevo de día de claridad.

sábado, 22 de mayo de 2010

La vida te lleva por caminos raros



Decía Quique González que la vida nos lleva por caminos raros y la verdad es que, nunca más lejos de la realidad,no nos podríamos imaginar los giros inesperados que nos ofrece la vida, la multitud de sendas pobladas por hojas secas llenas de penas, alegrías y melancolía ,que el viento y el tiempo acaban por llevarse, que trazan el mapa de nuestra existencia.
Si me lo hubieran contado nunca hubiera creído la cantidad de trenes que pasan por las vías de los años, la cantidad de cafés que toma la vida con nosotros, como Serrat me recitaba durante largas noches de espera a alguna respuesta que me indicara cual sería el siguiente paso a dar, la cantidad de besos en la boca a los que hemos puesto la mejilla sin llegar a pensar que tal vez eran los besos de un feliz porvenir, lleno de comodidades, tranquilidad y bienestar. Pero optamos por tomar otros senderos, que por largos y duros que sean, son los que llegan a crear un plano sin previo diseño de nuestras carreteras vitales, de la cartografía de nuestras mentes y necesidades espontáneas, la mayor parte del tiempo guiadas por impulsos que nos han llevado a más de un callejón sin salida del que al final siempre se acaba saliendo mejor o peor parado.
Mientras tanto, seguiré siendo leal a la filosofía de la canción que da título a esta entrada, seguiré buscando mis galletitas de la suerte,me emocionaré con las frases de los sobrecitos de azúcar de los cafés de mi vida, seguiré buscando cualquier bar que se llame Las Vegas en cualquier rincón insospechado al que llegue mi imaginación, seré fiel a tomar el camino más largo por fáciles y rápidos que parezcan los demás, a vagabundear por las barras americanas faltas de amor que llenan los locales de peor reputación de mi mente y a pedir la porción de este pastel, cocinado por las circunstancias, que es mi vida.

martes, 18 de mayo de 2010

Letras Tóxicas




He de reconocer que nunca he sido un gran lector, prácticamente siempre he leído por obligación y con desgana, pero de un tiempo hasta ahora he encontrado mi propia mescalina encerrada en un puñado de páginas amarillentas y mecanografiadas.
Conseguí dar con mi nueva y productiva adicción de la manera más simple y típica en la que uno se adentra en una droga, influenciado por la gente, me nombraron un dealer más muerto que vivo, aficionado al vino y a los toros, del que creo recordar que llamaban Hemingway. Después de probar su mercancía me vi envuelto en una espiral de evasión que no había conseguido con otras sustancias, hasta la fecha, y me fue presentando poco a poco a algunos compañeros de profesión que podían conseguirme cierto material que consiguiera afianzar mi dependencia. De esta manera fui conociendo a los traficantes de palabras más sórdidos y oscuros ,como Bukowsky, y los más elegantes delincuentes de guante blanco de la pluma como García Marquez o Borges.
Lo admito, soy una persona fácil y que siempre quiere más, por eso estoy orgulloso con el hallazgo de mi nueva droga, que produce miles de efectos diferentes en mi mente.Me da las dosis que necesito para evolucionar y no quedarme encerrado en mi mundo, aportando la evasión que me hace olvidar todo lo desechable del dia, la crudeza con la que permanecer pisando la arena de nuestra realidad, la dosis afrodisiaca que pervierta mi cabeza lo necesario y tantas otras que mi escaso vocabulario no alcanza a describir.
Si buscas una nueva droga más barata y menos perjudicial, no hace falta que recorras callejones ni arriesgues ni la bolsa ni la vida, ve directo a la librería y desenpolva tu nueva y bella perdición. Buen viaje!

sábado, 15 de mayo de 2010

La noche como escenario




Nunca llegaremos a conocer, ni poder cuantificar la cantidad de películas que se ruedan cada noche en nuestras calles mientras estamos escondidos en nuestro refugio de sabanas, que nos aisla y nos mantiene a salvo durante las horas de sueño de todo lo que sucede en oscuras aceras convertidas en el marco perfecto para el mejor cine que es la propia realidad.
Mientras el sol y la gente responsable descansan para afrontar un día de luz y frenética actividad, la oscuridad se convierte en la reina de miles de guiones simultáneos, de operetas de autopista cargadas de dramatismo, de comedia, de amor, de sexo, de peleas, de atracos, en las que sus protagonistas anónimos son héroes y villanos que se cruzan sin tan siquiera conocerse, con destinos que tal vez se encuentren por la más remota coincidencia en algún antro o en alguna calle mojada poblada por sucios portales, testigos de pasiones furtivas y besos robados o de algún que otro navajazo imprevisto.
Antes de que amanezca, miles de historias reales y otras que parecen sacadas de la mejor película de terror que hayamos visto, son las que utilizan de manera gratuita las noches como escenario donde desarrollar su acción, haciéndose eco de aquello que nos suelen decir de que la realidad siempre supera la ficción.

jueves, 13 de mayo de 2010




Hacía tanto tiempo que una película no conseguía emocionarme que hasta he llegado a pensar que me estaba empezando a convertir en una especie de monolito al que no le afecta nada, pero esta tarde ha sido diferente, justo en el momento de devolver el dvd de El Buscavidas a su correspondiente caja y estar dispuesto a archivarlo en mi propio cajón del olvido, donde van a parar la mayoría de cosas que al cabo de los días acabo por rescatar, encontrando un significado muy diferente al que le dí en su momento, me he dado cuenta de lo necesaria que ha sido esa película.
Sé que tengo especial predilección por las historias de perdedores, de gente anónima que se ve envuelta en un circulo vicioso con muy difícil salida, que han perdido el tren de una vida dichosa y han optado por coger el autobús de la perdición, gente que se puede encontrar en un bar de una ciudad cualquiera o en una canción de Bruce Springsteen, gente que pierde su mejor apuesta , gente que lo arriesgó todo a una carta o no lo hizo en el momento oportuno, gente que escapa de la moralidad común.
Siempre doy las gracias cuando películas como esta me hacen poner los pies en el suelo, aterrizar del planeta de la golosina a la calle del olvido de Los Secretos, que me enseñen las vidas cruzadas a las que canta Quique Gonzalez y que me enseñen los oscuros sotanos y habitaciones de hoteles de paso donde se fraguan miles de historias que nunca me enseñaron en el colegio.

miércoles, 12 de mayo de 2010

La vida desde mi tejado: (II) Peter Pan



Creo que no me equivoco si digo que de pequeño no era el único que soñaba ser mayor, que imaginaba tener una casa para mí solo, un coche rápido, hacer lo que quisiera, una novia como Sharon Stone, poner lo que más te gustaba en el carro de la compra, ir de un lado a otro, no tener horarios, en fin, no tener que dar explicaciones a nadie, siempre soñaba con largas carreteras, con apartamentos de noche en los que ver toda la ciudad iluminada, algo muy utópico y sacado de millones de videoclips musicales llenos de chicas con el pelo cardado y lencería que alimentaban mi imaginación.
Podría decir que me convertí en un adulto prematuro, enredado en una vida que no me correspondía y unas preocupaciones que no tenían otros chicos de mi edad, pensaba en la economía, en una hipoteca y en vivir tranquilo pero en la actualidad empiezo a verme como un adolescente algo tardío, una especie de Peter Pan encerrado en un amasijo de antenas y costumbres ,que intenta escapar de lo corriente pero que siempre choca con el muro de una tradición impuesta y muy arraigada que nos enseñan desde la escuela y que nos hace seguir el camino de nuestros padres, el camino de lo "bien visto" para algunos. Todo esto me hace pensar que, a pesar de todo, nunca nada es como soñamos pero por favor que mientras viva mis sueños que nadie me estorbe, cuando tenga que despertar y observar que lo que la realidad me depara eso ya será problema mío, por que la vida y los sueños de cada uno , como decían con las tarjetas de crédito,son personales e intransferibles.

domingo, 9 de mayo de 2010

La vida desde mi tejado: (I) Domingos Grises



Esta es , tal vez, la imagen que refleja mejor el significado de este blog, tomada desde mi tejado, el lugar desde donde intento despejar mi cabeza cuando hay nubes de domingo acechando.
El domingo es un día muy particular para todos, para unos es su día de descanso, para otros es el día del señor, otros no saben si siguen en sábado o en domingo...pero para mi es un día muy peculiar, es mi día de reflexión involuntaria, en el que siempre me abordan sin querer dudas sobre lo que hago, lo que no he hecho y lo que voy a hacer.
Mi domingo empieza después de comer, en el momento que me levanto de la mesa y me dirijo hacia una larga tarde de tormentas inventadas y largos paseos a ninguna parte.
Salgo de casa con la intención de oxigenarme, buscando en calles, callejones y avenidas la respuesta a mi borrasca dominical, con cada paso voy despejándome y camuflándome entre la gente que pasa por mi lado , imagino como son sus vidas , imagino como deben ser sus tardes, me fijo en las luces de las casas y puedo intuir la típica escena de tarde de sofá, manta y película mala de la que intento escapar domingo tras domingo bajo el mismo cielo gris que me acompaña hasta que llega la noche, momento de recogerse con un montón de pensamientos fugaces , visiones y la sensación de tranquilidad que me llena al pensar que me quedan otros siete días para terminar de comer y salir de nuevo a la calle a pensar en mis cosas.

WeSt



Mi particular homenaje al cine del oeste, a las interminables películas de sobremesa de verano en canales autonómicos, a los hombres que mascaban tabaco y limpiaban el sudor de su frente con el sombrero , a los cactus, a los indios, a los bandidos, al septimo de caballería y al llanero solitario, a los golpetazos de whisky , a los salones , a los duelos al anochecer, a los caballos , a las espuelas, a los necesarios valores trasnochados y un poco anticuados, a los centauros del desierto y a Billy the Kid

Dosis de realidad matutina



Esta es la imagen de mis mañanas,la imagen de mi primera toma de contacto con la cruda realidad, una realidad plagada de desinformación, café y vicios blandos.
Como decía, es mi primer contacto matutino con una realidad postiza, de hecho todos los elementos que aparecen a parte del periódico son los que me ayudan a digerirla de una manera u otra, por ejemplo el café, para poder mantenerme despierto y alerta a todo lo que va sucediendo, un cigarrillo...o dos... para que esa digestión se haga más llevadera y así poder sentirme más integrado en una sociedad tóxica en la que me adentro con cada calada de un pitillo de incredulidad que voy consumiendo con las páginas del diario del día, cargadas con las mismas noticias del anterior, que me someten nota a nota a pensar que funcionamos del revés y a necesitar un poco de evasión en forma de tabaco y alguna pastilla para no soñar, como decía Sabina, porque cada uno tiene una manera de padecer y sobrellevar sus mañanas como buenamente puede.